El turista extranjero también percibe los aumentos de precios
10-06-13 00:00 El holandés Maarten Drenth, general manager de InterContinental Buenos Aires, cuenta cómo el hotel porteño se está adaptando a la nueva realidad del turismo global
El holandés Maarten Drenth se graduó en la Escuela de Hotelería de La Haya, y desde entonces se largó a recorrer el mundo en una carrera ascendente como empleado de la cadena InterContinetal: de Miami a Stuttgart y de allí a Washington para luego de un paso como gerente del Hotel Ritz de Madrid volver al grupo hotelero como gerente General del InterContinental de San Pablo primero y del Crowne Plaza de Bratislava después. Desde 2010, está al frente del InterContinental en Buenos Aires.
¿Cómo evolucionó el negocio de los hoteles durante esta primera mitad del año?
Para nosotros el año está igual, y algunos meses mejor, que el año pasado. Obviamente vemos cambios en el mercado. ¿En qué lo notan?
Lo que está pasando en Europa nos afecta. Hay menos europeos viajando por el mundo y, obviamente, hay menos europeos que vienen a la Argentina. Siempre tenemos que buscar soluciones, nuevos mercados. Ahora estamos trabajando fuerte con el mercado chino. Es algo nuevo. No tengo estadísticas, pero están viniendo más y queremos que se queden con nosotros. Hay otros mercados también en América Latina donde hay economías que van bien y que generan turismo corporativo o normal. Países que están creciendo rápido como Colombia y Perú; y también siempre tenemos bastante turismo de Brasil, Chile y Uruguay. Es algo que va y viene.
¿Qué estrategias desarrollan para fidelizar a estos nuevos clientes?
Es muy simple. Si queremos más clientes de un país tenemos que ofrecer servicios y experiencias que ese cliente busca en un hotel. Para el mercado chino tenemos disponible un desayuno y buffet oriental y contamos con empleados que hablan mandarín. También tenemos folletos y menúes en el hotel en mandarín y calentadores de agua en las habitaciones para preparar té, que es una gran parte de su cultura.
¿Cómo está el turismo corporativo o de negocios?
El turismo corporativo siempre viene, pero ahora por menos tiempo. Si antes venían por una semana, ahora cumplen en dos o tres días. Eso es algo típico de una situación. Cuando yo estaba en Europa durante la crisis financiera vimos exactamente lo mismo. Trabajan más horas durante una estadía corta y tienen menos gastos de su viaje.
¿El desboblamiento cambió el negocio de alguna manera?
Hay extranjeros que usan las oportunidades del mercado en tema de cambio. Los extranjeros que vienen lo hacen con una moneda más fuerte. Pero hay aumentos de precios en Buenos Aires y el extranjero también lo sabe y lo nota. La gente que viene frecuentemente sabe que hay aumentos de precios. Hay huéspedes que en lugar de comer un plato caro buscan la opción más barata. Obviamente si el extranjero tiene por cada euro o dólar más pesos disponibles siempre va a gastar más. Eso ayuda.
¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos de Buenos Aires como destino turístico?
Es una ciudad fantástica con todos los ingredientes: cultura, historia, entretenimiento, excelente comida y cultura de vino. Para los europeos es la París de América latina.
¿Tiene algún punto débil?
Estamos esperando que termine la obra del Metrobús, que va a ayudar mucho en el tema transporte. Hoy cada ciudad grande en Europa, Estados Unidas, Asia y América latina tiene el problema del tránsito. Una parte del proyecto es disminuir los colectivos dentro del centro histórico y eso nos va a ayudar muchísimo con el flujo de tránsito en nuestra área. También va a ser más seguro para todos los que caminan aquí.
¿Tienen prevista alguna inversión para este año?
En este momento no hay ni un plan del grupo IHG en la Argentina. El que está en construcción es el Crowne Plaza Buenos Aires at Greenville Polo & Resort, en Hudson.
¿Cuál es la perspectiva para lo que queda del año?
Somos siempre positivos. Hay muchos factores que no dependen del hotel. En la parte que hacemos dentro del hotel, la prioridad número uno es que el cliente salga satisfecho; apoyamos el destino y la imagen de nuestra ciudad. Pero hay otros factores que no podemos controlar, tenemos que adaptarnos, ser flexibles. Hoy en día es difícil decir qué va a pasar en el largo plazo.