Martes 19 de Noviembre de 2013
Más diálogo con los bancos
Dólar: fin a los "voyeurs"; comienza la acción oficial
Por: Guillermo Laborda
El nuevo equipo económico no se quedará quieto mirando cómo caen las reservas por el turismo y las compras con tarjeta via internet. Es el fin al "laissez faire", o más precisamente el ser "voyeurs" de cómo desde varios frentes se le esquilmaban las reservas al BCRA. El propio Juan Carlos Fábrega señalaba en privado desde su despacho en el Banco Nación que el tipo de cambio estaba atrasado; Mercedes Marcó del Pont lo negaba. Axel Kicillof deambuló siempre con su proyecto de desdoblamiento del mercado cambios. Hernán Lorenzino lo rechazaba. Lo que se viene está claro.
Los anuncios realizados ayer no desagradaron al mercado en general y menos a banqueros. El BCRA se había ganado el rechazo generalizado del sistema financiero con los créditos direccionados para la producción y los topes a las comisiones. La excusa para imponer esas medidas fueron las elevadas ganancias de los bancos, aunque si se les neteaba la inflación del 25%, eran de cero en términos reales. Fábrega aparece como un funcionario de más diálogo con bancos. El mismo desdoblamiento es una mejor medida para los banqueros que el actual sistema. Y llegado el caso de que triunfe el plan de Kicillof (y que lleva el sello de Guillermo Moreno) de incluir en el nuevo "dólar financiero", no sólo a turismo sino también al flujo de las inversiones (hoy van por el "oficial") y al "atesoramiento", mejor aún. Es que sería una forma de blanquear al mercado "blue" o paralelo, renovando el accionar de las casas de cambio, hoy simples objetos decorativos en el microcentro. "Sería un cambio con repercusiones muy importantes", destacaba Moreno en las últimas reuniones en las que se discutieron las alternativas.
¿Murieron las gestiones oficiales para acercarse al Club de París y al FMI con los cambios? La designación de Hernán Lorenzino al frente de la nueva Unidad Ejecutora de Restructuración de la Deuda y también de la Embajada ante la Unión Europea, deja abiertas las chances. En realidad, el cierre de las negociaciones con las empresas que tenían sentencias ante el CIADI, el tribunal del Banco Mundial, no fue un logro de Lorenzino sino más bien una decisión que partió inicialmente de la propia Cristina de Kirchner. Por ello es que las gestiones para que el default con países acreedores agrupados en el Club de París se levante antes de 2015 se mantendrán.
Cabe recordar que la propia Cristina de Kirchner en 2008 intentó levantar ese default pagando con reservas del BCRA pero luego la crisis de Lehman Brothers y el derrumbe de los mercados mundiales enterró el proyecto. Está claro que los conocimientos de Axel Kicillof en materia de financiamiento, canjes, fondos buitre, eran básicos lo que imposibilitaba que queden bajo su órbita. Podría decirse para refutar que tampoco es un experto en política energética y asumió funciones en el área (el resultado fue un aumento del déficit, algo que jaquea a las reservas del BCRA hoy). Pero el manejo de la deuda es algo más delicado aún para que se haga cargo Kicillof.
El principal interrogante, y temor, para los grupos de inversores que están siendo traídos al país por bancos de inversión de Nueva York pasa por la transición hasta 2015 y más expropiaciones, captura de cajas o medidas al estilo de Nicolás Maduro en Venezuela. No es lo que se viene por las designaciones efectuadas. Además el nuevo ministro de Economía no gana demasiado poder: la Secretaría de Hacienda a cargo de Juan Carlos Pezoa sigue siendo una dependencia de línea directa con Cristina y la Secretaría de Finanzas hoy a cargo de Adrián Cosentino, tendrá conexión directa con Lorenzino. Tampoco hay que desestimar el rol de Capitanich en lo económico. De hecho, en las últimas jornadas el nuevo jefe de Gabinete mantuvo varias reuniones con Kicillof, seguramente oteando los pasos a dar. A diferencia de sus antecesores, Capitanich está al tanto de las cuestiones económicas y no tendrá un rol pasivo en las medidas que se adopten.
El gran desafío, más allá de desdoblamientos circunstanciales, pasa por el excedente de pesos. Asume Fábrega justo cuando comienza diciembre, el mes de mayor rojo fiscal para el Tesoro por el pago de aguinaldo y jubilaciones. Ese rojo sería de $ 35.000 millones. Sabe el nuevo titular del BCRA, otra diferencia con Marcó del Pont, que la inflación y la pasión por el dólar está motorizada por la superabundancia de pesos en el sistema. Corregirlo no será fácil de corto plazo. No hay milagros en ese sentido para los debutantes en el equipo económico. Ser "voyeur" era más simple
Los anuncios realizados ayer no desagradaron al mercado en general y menos a banqueros. El BCRA se había ganado el rechazo generalizado del sistema financiero con los créditos direccionados para la producción y los topes a las comisiones. La excusa para imponer esas medidas fueron las elevadas ganancias de los bancos, aunque si se les neteaba la inflación del 25%, eran de cero en términos reales. Fábrega aparece como un funcionario de más diálogo con bancos. El mismo desdoblamiento es una mejor medida para los banqueros que el actual sistema. Y llegado el caso de que triunfe el plan de Kicillof (y que lleva el sello de Guillermo Moreno) de incluir en el nuevo "dólar financiero", no sólo a turismo sino también al flujo de las inversiones (hoy van por el "oficial") y al "atesoramiento", mejor aún. Es que sería una forma de blanquear al mercado "blue" o paralelo, renovando el accionar de las casas de cambio, hoy simples objetos decorativos en el microcentro. "Sería un cambio con repercusiones muy importantes", destacaba Moreno en las últimas reuniones en las que se discutieron las alternativas.
¿Murieron las gestiones oficiales para acercarse al Club de París y al FMI con los cambios? La designación de Hernán Lorenzino al frente de la nueva Unidad Ejecutora de Restructuración de la Deuda y también de la Embajada ante la Unión Europea, deja abiertas las chances. En realidad, el cierre de las negociaciones con las empresas que tenían sentencias ante el CIADI, el tribunal del Banco Mundial, no fue un logro de Lorenzino sino más bien una decisión que partió inicialmente de la propia Cristina de Kirchner. Por ello es que las gestiones para que el default con países acreedores agrupados en el Club de París se levante antes de 2015 se mantendrán.
Cabe recordar que la propia Cristina de Kirchner en 2008 intentó levantar ese default pagando con reservas del BCRA pero luego la crisis de Lehman Brothers y el derrumbe de los mercados mundiales enterró el proyecto. Está claro que los conocimientos de Axel Kicillof en materia de financiamiento, canjes, fondos buitre, eran básicos lo que imposibilitaba que queden bajo su órbita. Podría decirse para refutar que tampoco es un experto en política energética y asumió funciones en el área (el resultado fue un aumento del déficit, algo que jaquea a las reservas del BCRA hoy). Pero el manejo de la deuda es algo más delicado aún para que se haga cargo Kicillof.
El principal interrogante, y temor, para los grupos de inversores que están siendo traídos al país por bancos de inversión de Nueva York pasa por la transición hasta 2015 y más expropiaciones, captura de cajas o medidas al estilo de Nicolás Maduro en Venezuela. No es lo que se viene por las designaciones efectuadas. Además el nuevo ministro de Economía no gana demasiado poder: la Secretaría de Hacienda a cargo de Juan Carlos Pezoa sigue siendo una dependencia de línea directa con Cristina y la Secretaría de Finanzas hoy a cargo de Adrián Cosentino, tendrá conexión directa con Lorenzino. Tampoco hay que desestimar el rol de Capitanich en lo económico. De hecho, en las últimas jornadas el nuevo jefe de Gabinete mantuvo varias reuniones con Kicillof, seguramente oteando los pasos a dar. A diferencia de sus antecesores, Capitanich está al tanto de las cuestiones económicas y no tendrá un rol pasivo en las medidas que se adopten.
El gran desafío, más allá de desdoblamientos circunstanciales, pasa por el excedente de pesos. Asume Fábrega justo cuando comienza diciembre, el mes de mayor rojo fiscal para el Tesoro por el pago de aguinaldo y jubilaciones. Ese rojo sería de $ 35.000 millones. Sabe el nuevo titular del BCRA, otra diferencia con Marcó del Pont, que la inflación y la pasión por el dólar está motorizada por la superabundancia de pesos en el sistema. Corregirlo no será fácil de corto plazo. No hay milagros en ese sentido para los debutantes en el equipo económico. Ser "voyeur" era más simple