Un arranque que se retrasa y muchas dudas
El año arrancó se decía con frecuencia hasta no hace muchos años una vez que las clases comenzaban o ya promediando marzo, cuando toda la actividad en todos los rubros se supone que está en su plenitud. Esto involucra desde luego al sector inmobiliario, que con paso algo aletargado y señales de retracción se demora en volver a su dinamismo frecuente. No se puede ignorar que la demanda transmite muchas inquietudes y temores y es natural que la velocidad en la manera de operar se haya reducido. Infinidad de interrogantes se plantean en entrevistas y consultas. La pregunta es cómo se remonta este camino que se presenta muy escarpado.
Hay que convenir que tomar decisiones para invertir en una propiedad se ha convertido casi un paseo por el juego de la Oca: se avanza varios casilleros y de repente se vuelve varios pasos para atrás. Por otra parte, quien conozca de verdad este mercado sabe bien que no sólo fluye cuando la situación económica es floreciente, sino cuando el escenario general en el que trascurre la vida cotidiana es menos conflictiva que en estos días. Así ha sucedido siempre: no es lo mismo pensar en mudarse cuando los números cierran aunque ajustados, con una inflación menor y expectativas favorables, que con porcentajes altos que afectan día tras día al bolsillo y desmotivan a una familia a encarar un cambio importante. Pero no es sólo en el ámbito residencial: otros rubros del mercado también han caído. No hacen falta estadísticas precisas: tan sólo con caminar por los barrios porteños y aún en áreas centrales de la ciudad se advierte un gran número de locales cerrrados e importantes carteles de alquiler. Se incluyen esquinas clave o avenidas, siempre muy buscadas para posicionar marcas, hoy deslucidas.
Está claro: la ecuación no cierra. Hay que desembolsar dinero, pero no existe como en otros tiempos la expectativa de que con fuerte consumo se amortizan los gastos. En medio de estos dilemas actuales los operadores negocian con posibles interesados, también muy preocupados la inseguridad que afecta la vida diaria. Habrá que esperar los resultados en las semanas que vienen. Para entonces, ya avanzado el mes de abril ¿se podrá decir que el mercado arrancó finalmente? ¿O habrá más inconvenientes que sortear y más dudas que disipar prolongando el comienzo de la actividad como se merece?
Noticias alentadoras surgen en la otra orilla. Hoy, junto con la edición del diario se publica un suplemento especial sobre la creciente llegada de inversiones a Uruguay, no sólo en Punta del Este sino en Montevideo y Colonia. El país vecino transita un buen momento económico, pero además, incentiva a los inversores para que construyan y desarrollen diversidad de propuestas, incluso para un segmento de la población con menores recursos y con buenas perspectivas.