Sábado 23 de junio de 2012 | Publicado en edición impresa
Opinión
A la espera de señales claras
El mercado inmobiliario atraviesa un período de gran retracción, producto de una situación que no tiene explicación racional alguna. Esto produjo un enorme desconcierto en todos los actores del sector inmobiliario y en el público en general, y consecuentemente, una marcada desaceleración de la actividad. Este mercado es muy sensible a todo cambio que modifique las reglas del juego. Incertidumbre, dudas e insinuaciones recrean viejos fantasmas del pasado reciente en una sociedad de vasta historia en devaluaciones, inflación y políticas económicas errantes. Si tenemos en cuenta que en las últimas cuatro décadas nuestro peso perdió trece ceros, se comprende que la gente espontánea y naturalmente tome resguardo de su capital en valores sólidos. Lo que no debemos permitirnos es perder la brújula en cuanto a las necesidades y aspiraciones de la gente y sus expectativas de acceder a la vivienda propia, anhelo de todo ciudadano. Es positivo, en ese sentido, fomentar la implementación de créditos para la vivienda por parte del Estado y de la ciudad. Pero otras señales positivas deberían manifestarse ampliamente para reactivar de nuevo la industria inmobiliaria y fortalecer los puestos de trabajo que de ella dependen. El anuncio de permitir la compra de divisas para la adquisición de inmuebles, más allá de que debería ser natural, no es suficiente. Recordemos que el sector inmobiliario y la construcción concentran una amplia gama de actividades diversas por lo que se considera industria de industrias, siendo un dinamizador fenomenal de la economía. Esta actividad representa hoy casi el 6% del PBI y emplea casi un 3% de la población económicamente activa en el ámbito nacional. Sólo en la ciudad de Buenos Aires se realizan en promedio 90.000 operaciones de compraventa y unos 200.000 contratos de alquiler. Según datos de la Fundación de Estudios para el Desarrollo Inmobiliario (FEDI) en la ciudad, la producción y comercialización de inmuebles involucran a más de 20.000 empresas (13% del total) empleando a más de 130.000 personas (8% del empleo) aportando un 14% al PBI, equivalente a 8000 millones de dólares. Deseamos que las autoridades envíen una señal para que el mercado recupere la confianza y podamos desarrollar nuestra actividad sin contratiempos ni fantasmas a la vista. Cuando la gente invierte en ladrillos invierte en el país. Ese dinero entra en el circuito financiero, echa raíces y proyecta infinidad de negocios.