Resignar exigencias y alcanzar la casa propia
Invertir o no invertir, ésa es la cuestión: primer interrogante. A lo que siguen otros como ¿cuáles son las opciones para la gente común que tiene ahorros y no quiere quedarse con el dinero en la mano? Y salvo aquellos que conozcan al dedillo los secretos del mundo bursátil o financiero y se animen, el camino que lleva al ladrillo es el que más entusiasma en tiempos de incógnitas por resolver.
Todo es fácil cuando la economía fluye y por lo tanto la gente toma decisiones con escasos titubeos. Ahora, en medio de un laberinto interminable de trámites y de trabas, las dudas acechan y es natural. Una parte del enfriamiento del sector se debe a estos cambios, situación heredada del año anterior y sumado a una desaceleración de la economía. Ciclos al fin que hay que atravesar, pero está claro que para este sector una disminución de la actividad impacta no sólo en los negocios, sino en la cantidad de mano de obra empleada. Algunos protagonistas del sector mencionan que existan muchas obras en marcha. Sí, pero la gran mayoría de poco volumen y destinadas a un público cuyo bolsillo sólo puede acceder a monoambientes o -como mucho- al clásico departamento de un dormitorio.
También sucede que ciertos proyectos llevan más tiempo que otros y los plazos se extienden más de lo esperado, lo que puede beneficiar a los que utilizan ese lapso para tratar de cancelar su deuda que se extiende durante la marcha de la obra. Un barrio donde se observa gran cantidad de proyectos en ejecución es Parque de los Patricios, gracias al impulso del Distrito Tecnológico, donde se comenzó con la construcción de edificios de oficinas para las empresas que se instalan allí. Después de este despegue, el área residencial responde de manera favorable a la demanda que elige no sólo trabajar, sino vivir allí.
Es un punto de partida para tenerlo en cuenta, en particular para los que llegan con ahorros muy justos, porque los valores allí no son tan altos. No es menos cierto que se trata de una zona que tiene gran potencial y por la que vale la pena apostar a un cambio, ya que en el futuro se revalorizarán las propiedades que se desarrollen allí.
Lejos de contar con financiación hipotecaria, salvo las que ofrecen algunas entidades que realmente se esfuerzan en acercar propuestas concretas, al menos para todos aquellos que cuentan con algunos ahorros previos y hasta un monto razonable dentro de lo que hoy propone el sector, el tema de los créditos hipotecarios quedará pendiente, más aún si el momento económico indica mayor austeridad.
En las zonas suburbanas también se construyen muchas obras y en algunos casos a precios algo más accesibles que en la ciudad. Todo merece evaluarse ante la posibilidad concreta de alcanzar una vivienda propia y resignar otros requisitos como la distancia u otras áreas más atractivas..