El Madero sin puerto
23/03/2012 - http://arq.clarin.com
Una franja entre Puerto Madero y San Telmo concita el interés de los desarrolladores. Se busca una combinación entre la oferta de servicios de uno y los precios del otro.
Tal como se afirmó hace poco desde estas páginas, la expansión de los emprendimientos inmobiliarios desde los barrios vecinos hacia los ya consolidados sigue siendo una de las tendencias predominantes en el sector del real estate. Tal vez, la única posible ante la saturación de las zonas más buscadas y el riesgo de aventurarse en terreno desconocido. Así fue como en los últimos tiempos surgió un interés renovado entre la franja urbana ubicada entre Puerto Madero y San Telmo, o más precisamente entre las avenidas Paseo Colón e Ingeniero Huergo, con epicentro en la calle Azopardo entre las avenidas Belgrano e Independencia, zona que ya había experimentado hace unos años un pequeño auge de proyectos hoteleros destinados al turismo internacional.
Por lo pronto, los desarrolladores que se disponen a arribar con nuevos proyectos residenciales o de oficinas tomaron la precaución de bautizar al nuevo barrio: Argencons lo llama Madero Urbano y Vizora, Altos de Madero.
Según indican en esta última, entre las ventajas del barrio se cuentan el hecho de estar a metros de Puerto Madero, con su oferta gastronómica y de servicios, además de una excelente comunicación a través de una amplia variedad de medios de transporte, salida rápida a las autopistas de acceso Sur y Oeste y cercanía con el Microcentro. Todos factores que, según indican, deberían proveer una interesante calidad de vida a quienes vayan a trabajar allí. Por otra parte, son ventajas que son difíciles de igualar por otros barrios porteños, a las que se les suma una cierta impronta barrial, con calles empedradas y arboladas. En rigor, el paisaje resultante surge de la fusión entre el casco histórico de la ciudad con el barrio más nuevo.
Además, siempre según informan en Vizora, los valores de incidencia del terreno son sensiblemente menores a los del vecino Puerto Madero –hasta la mitad de los últimos valores que se llegaron a pagar, a pesar de la cercanía–, aunque la variedad de situaciones hacen virtualmente imposible establecer un valor promedio en este rubro. Pero, para darse una idea, basta mencionar que el primer emprendimiento de la desarrolladora se lanzó recientemente en preventa a un precio promedio de 2.700 US$/m2 –según indican en la firma–, es decir, casi equivalente a los últimos valores de incidencia que se pagaron en Puerto Madero.
Se trata del edificio de oficinas premium Colibrí, de 9 pisos, en Azopardo entre la avenida Belgrano y Venezuela, primera pieza de una colección de cuatro que incluirá también a Pingüino, Yaguareté y Venado. Por lo pronto, Colibrí ofrece oficinas modulares, con tipologías de 160 a 650 m2, concebidas para empresas a las que les resulte atractivo instalarse ahí ya sea para brindar servicios o por ser socias de las ya instaladas en Puerto Madero.
Argencons, en tanto, lanzó el edificio de 23 pisos Quartier Madero Urbano, en Azopardo entre Chile e Independencia, cuyas unidades puede servir como estudios profesionales o apart suites con destino preferencial de renta, y el tercer emprendimiento de una marca de la que ya funciona Quartier Basavilvaso, en Retiro, y está a punto de inaugurarse Quartier San Telmo, en la avenida Garay y Piedras.
Este proyecto introduce un elemento de interés adicional para el barrio, como lo es la conservación de dos casonas históricas proyectadas por Fermín Bereterbide, que serán destinadas a alojar los amenities y servicios comunes, que incluirán un área de Deli & Meeting Point una, y Spa & Business Center la otra, mientras que en el espacio central del terreno se ubicará la piscina.
Esta mixtura entre cuidado patrimonial y edificación nueva se suma a la que se puede apreciar en proyectos como el edificio de Telefónica, en la misma manzana, o el de La Prensa, en la de enfrente cruzando Azopardo. Y, según aseguran en Argencons, apunta también a un público ligado a la vecina facultad de Ingeniería.
Tal como se afirmó hace poco desde estas páginas, la expansión de los emprendimientos inmobiliarios desde los barrios vecinos hacia los ya consolidados sigue siendo una de las tendencias predominantes en el sector del real estate. Tal vez, la única posible ante la saturación de las zonas más buscadas y el riesgo de aventurarse en terreno desconocido. Así fue como en los últimos tiempos surgió un interés renovado entre la franja urbana ubicada entre Puerto Madero y San Telmo, o más precisamente entre las avenidas Paseo Colón e Ingeniero Huergo, con epicentro en la calle Azopardo entre las avenidas Belgrano e Independencia, zona que ya había experimentado hace unos años un pequeño auge de proyectos hoteleros destinados al turismo internacional.
Por lo pronto, los desarrolladores que se disponen a arribar con nuevos proyectos residenciales o de oficinas tomaron la precaución de bautizar al nuevo barrio: Argencons lo llama Madero Urbano y Vizora, Altos de Madero.
Según indican en esta última, entre las ventajas del barrio se cuentan el hecho de estar a metros de Puerto Madero, con su oferta gastronómica y de servicios, además de una excelente comunicación a través de una amplia variedad de medios de transporte, salida rápida a las autopistas de acceso Sur y Oeste y cercanía con el Microcentro. Todos factores que, según indican, deberían proveer una interesante calidad de vida a quienes vayan a trabajar allí. Por otra parte, son ventajas que son difíciles de igualar por otros barrios porteños, a las que se les suma una cierta impronta barrial, con calles empedradas y arboladas. En rigor, el paisaje resultante surge de la fusión entre el casco histórico de la ciudad con el barrio más nuevo.
Además, siempre según informan en Vizora, los valores de incidencia del terreno son sensiblemente menores a los del vecino Puerto Madero –hasta la mitad de los últimos valores que se llegaron a pagar, a pesar de la cercanía–, aunque la variedad de situaciones hacen virtualmente imposible establecer un valor promedio en este rubro. Pero, para darse una idea, basta mencionar que el primer emprendimiento de la desarrolladora se lanzó recientemente en preventa a un precio promedio de 2.700 US$/m2 –según indican en la firma–, es decir, casi equivalente a los últimos valores de incidencia que se pagaron en Puerto Madero.
Se trata del edificio de oficinas premium Colibrí, de 9 pisos, en Azopardo entre la avenida Belgrano y Venezuela, primera pieza de una colección de cuatro que incluirá también a Pingüino, Yaguareté y Venado. Por lo pronto, Colibrí ofrece oficinas modulares, con tipologías de 160 a 650 m2, concebidas para empresas a las que les resulte atractivo instalarse ahí ya sea para brindar servicios o por ser socias de las ya instaladas en Puerto Madero.
Argencons, en tanto, lanzó el edificio de 23 pisos Quartier Madero Urbano, en Azopardo entre Chile e Independencia, cuyas unidades puede servir como estudios profesionales o apart suites con destino preferencial de renta, y el tercer emprendimiento de una marca de la que ya funciona Quartier Basavilvaso, en Retiro, y está a punto de inaugurarse Quartier San Telmo, en la avenida Garay y Piedras.
Este proyecto introduce un elemento de interés adicional para el barrio, como lo es la conservación de dos casonas históricas proyectadas por Fermín Bereterbide, que serán destinadas a alojar los amenities y servicios comunes, que incluirán un área de Deli & Meeting Point una, y Spa & Business Center la otra, mientras que en el espacio central del terreno se ubicará la piscina.
Esta mixtura entre cuidado patrimonial y edificación nueva se suma a la que se puede apreciar en proyectos como el edificio de Telefónica, en la misma manzana, o el de La Prensa, en la de enfrente cruzando Azopardo. Y, según aseguran en Argencons, apunta también a un público ligado a la vecina facultad de Ingeniería.