Las inmobiliarias ya venden en pesos
El titular de la Cámara Inmobiliaria Argentina, Néstor Walenten consideró que el mercado la compra-venta de propiedades “podría reactivarse” con la utilización del peso. Para los constructores, “los que venden se van a tener que acostumbrar”.
Poco más de una semana le duró al sector inmobiliario la resistencia a dejar de vender propiedades en dólares para hacerlo en pesos. En las últimas horas, obligados por una demanda estancada y exceso de oferta por el boom de la construcción, los actores de la actividad (operadores, desarrolladores y comercializadores) cerraron filas y empezaron a pensar que la pesificación de las transacciones es una realidad y que no perjudicará la marcha del negocio. El presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), Néstor Walenten, fue la punta de lanza ayer, cuando expresó que la compra-venta “podría reactivarse con la pesificación”. Asimismo, reconoció que “el negocio de invertir en ladrillos, en obras de construcción y en fideicomisos del sector está pesificado”, y señaló que “es el mercado de la propiedad usada el que todavía permanece dolarizado”. Este punto en particular se debatió intensamente el martes, en una reunión en la CIA, y se planteó como la única traba a la pesificación y se pidió que aquellos usados que acepten pesos, puedan cambiarlos a dólares. “Lo que está en pozo y las construcciones nuevas no tienen problemas, y de hecho ya se venden en pesos, pero el usado es complejo porque el que compró en dólares quiere dólares”, dijo a Tiempo Argentino Armando Pepe, de la cadena de inmobiliarias SOM. Otro inmobiliario con peso en el sector, que prefirió resguardar su identidad, reconoció sin embargo que mucho de lo usado se compró con un dólar más barato al oficial actual, y que en ese sentido, los propietarios sacarían una ventaja económica, siempre en un contexto de inflación controlada.
La posición más negociadora de los inmobiliarios –que surge a pocos días de que el gobierno nacional lanzara el monitoreo a la compra de divisa extranjera–, se enmarca en un acuerdo tácito entre los actores del sector, que tiene como premisa no dejar caer la actividad. Según explicaron a Tiempo fuentes del sector, hubo llamados telefónicos y hasta pequeñas reuniones informales entre constructores y vendedores, donde los primeros les pidieron que se acoplen a una actividad que se edifica en pesos. Es que la comercialización es el único segmento dolarizado: los insumos, la mano de obra, los metales para la construcción y el cemento están el 100% en pesos. “Estimamos que en seis meses el mercado se habrá acostumbrado al peso”, explicó a este diario Carlos Wagner, presidente de la Cámara de la Construcción, y agregó que “la pesificación no va a perjudicar al sector inmobiliario, pero el problema es que muchos se resisten a operar en pesos porque están especulando”. La realidad numérica del negocio permite ver por qué los inmobiliarios se aferran a la moneda extranjera: en todo el 2011, y según datos del Colegio de Escribanos de Capital Federal, se movió en operaciones un total de U$S 6630 millones ($ 27.187 millones). En la misma línea, el Colegio de Escribanos de la provincia de Buenos Aires consignó que el año pasado se vendieron propiedades por un valor de U$S 7317 millones ($ 30 mil millones). Es decir, sólo en Capital y el GBA, el negocio inmobiliario manejó casi U$S 14 mil millones. En el interior, en tanto, el grupo Ecipsa, con emprendimientos en Córdoba, Mendoza, San Juan y Tucumán, señaló que los proyectos en esos distritos se seguirán comercializando en cuotas en pesos.
Por último, Gonzalo Monarca, de Grupo Monarca, uno de los primeros que en noviembre del 2011 empezó a vender en pesos, concluyó que la pesificación “es una oportunidad, hemos logrado vender, en m2, un 11% más que el año pasado. Y estamos trabajando para pesificar la compra de la tierra”. <
La posición más negociadora de los inmobiliarios –que surge a pocos días de que el gobierno nacional lanzara el monitoreo a la compra de divisa extranjera–, se enmarca en un acuerdo tácito entre los actores del sector, que tiene como premisa no dejar caer la actividad. Según explicaron a Tiempo fuentes del sector, hubo llamados telefónicos y hasta pequeñas reuniones informales entre constructores y vendedores, donde los primeros les pidieron que se acoplen a una actividad que se edifica en pesos. Es que la comercialización es el único segmento dolarizado: los insumos, la mano de obra, los metales para la construcción y el cemento están el 100% en pesos. “Estimamos que en seis meses el mercado se habrá acostumbrado al peso”, explicó a este diario Carlos Wagner, presidente de la Cámara de la Construcción, y agregó que “la pesificación no va a perjudicar al sector inmobiliario, pero el problema es que muchos se resisten a operar en pesos porque están especulando”. La realidad numérica del negocio permite ver por qué los inmobiliarios se aferran a la moneda extranjera: en todo el 2011, y según datos del Colegio de Escribanos de Capital Federal, se movió en operaciones un total de U$S 6630 millones ($ 27.187 millones). En la misma línea, el Colegio de Escribanos de la provincia de Buenos Aires consignó que el año pasado se vendieron propiedades por un valor de U$S 7317 millones ($ 30 mil millones). Es decir, sólo en Capital y el GBA, el negocio inmobiliario manejó casi U$S 14 mil millones. En el interior, en tanto, el grupo Ecipsa, con emprendimientos en Córdoba, Mendoza, San Juan y Tucumán, señaló que los proyectos en esos distritos se seguirán comercializando en cuotas en pesos.
Por último, Gonzalo Monarca, de Grupo Monarca, uno de los primeros que en noviembre del 2011 empezó a vender en pesos, concluyó que la pesificación “es una oportunidad, hemos logrado vender, en m2, un 11% más que el año pasado. Y estamos trabajando para pesificar la compra de la tierra”. <