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Reparación Espacios Públicos


Reparar los espacios públicos cuesta más de $ 1 millón al mes

POR NORA SÁNCHEZ

El Gobierno de la Ciudad gastó $ 16 millones en 2012. Los espacios que más ataques sufren son las fachadas de los edificios públicos, los monumentos, el mobiliario urbano y los contenedores de basura.

www.clarin.com

31/01/13
Fachadas y monumentos pintados, estatuas mutiladas, señales de tránsito con pegatinas y hasta rejas robadas: el vandalismo causa estragos en la Ciudad. Y para repararlos, el Gobierno porteño gasta casi $ 45.000 por día. “En 2012 tuvimos que gastar más de $ 16 millones para reparar los destrozos que dejó el vandalismo –revela el ministro de Espacio Público porteño, Diego Santilli–. Es más de un millón por mes, dinero podría ser destinado para otras cosas. Hay que fomentar que todos empecemos a cuidar nuestro patrimonio”.
Los espacios públicos que sufren más daños son los canteros de la avenida 9 de Julio, los parques Los Andes y Centenario, y las plazas Irlanda, Martín Fierro y Soldati. Los motivos varían: desde el deseo de plasmar un mensaje político, hasta el robo o, incluso, el placer de destruir. Sólo este último explica los ataques a la escultura de Alberto Olmedo y Javier Portales, en Corrientes y Talcahuano, hecha con materiales de poco valor, como epoxi y fibra de vidrio. El año pasado hubo que repararlo tres veces, porque le pintaron la cara a Olmedo y le arrancaron una mano y una pierna.
En cambio, el encono contra el monumento a Julio Argentino Roca, emplazado en Perú y Alsina, tiene sus motivos. Como líder de la Campaña del Desierto, Roca fue el responsable del exterminio de las poblaciones aborígenes del sur. Es habitual que le arrojen bombas de pintura roja o que le hagan pintadas y pegatinas, y por eso lo hidrolavan y pintan todos los meses.
El Obelisco, epicentro de festejos y marchas, también sufre ataques. En 2012 tuvieron que pintar su base cuatro veces. En una manifestación hasta se robaron la bandera de la Ciudad. Mientras, la Plaza de Mayo tiene un presupuesto especial para mantenimiento de $ 98.257,94 por mes para arreglar el tendal de destrozos que quedan después de las marchas, actos y protestas.
Otros monumentos vandalizados con frecuencia son El Quijote, en Avenida de Mayo y Lima, que fue pintado seis veces en un año; el de Roque Sáenz Peña, en Florida y Diagonal Norte; el de Alberdi, en Constitución; y el mausoleo de Bernardino Rivadavia, en Plaza Miserere. También sufren roturas las obras de arte del Rosedal y de los parques Chacabuco, Lezama y Rivadavia.
“En el Parque Lezama hay destrozos todos los días. El busto de Ulrico Schmidt apareció pintarrajeado; al Monumento a la Cordialidad Internacional le han robado placas, y al monolito que conmemoraba la última visita de Ernesto Sábato al parque, lo rompieron a martillazos”, cuenta Graciela Fernández, que junto a otros vecinos creó el blog “Salvemos las Estatuas” (salvemoslasestatuas.blogspot.com.ar).
También es habitual el robo de cables de luminarias. Rompen las columnas para extraerlos y hasta se llevan los del tendido aéreo. Romper los artefactos de iluminación, además, es una táctica para dejar zonas a oscuras y robar. Esto suele ocurrir cerca de las canchas de Huracán, Vélez y San Lorenzo, en el puente Alsina, el Rosedal, las Barrancas de Belgrano y en las plazas de avenida Libertador.
También se roban rejas de los sumideros y tapas de inspección de la red pluvial. Por otra parte, en 2012 el Ejecutivo tuvo que reponer 4.909 contenedores de residuos quemados o robados. Cada uno sale $ 2.100 y el reemplazo le costó a la Ciudad $ 10.308.900. A esto hay que sumarle la reposición de 14.336 cestos.
Cada mes se destinan $ 270.000 para arreglar los refugios de colectivos y la señalización de las calles. El mayor problema son las pegatinas ilegales, los grafitis y las roturas a propósito. El año pasado, los refugios sufrieron 35 actos vandálicos graves, desde roturas de vidrios hasta el robo de conexiones eléctricas. Ni los cementerios se salvan: en 2012 rompieron y/o robaron 270 lápidas y placas del de la Chacarita.
El problema es que el vandalismo es un delito que casi no se castiga. El 85% de los 3.726 hechos investigados en 2011 por el Ministerio Público Fiscal porteño fueron archivados por falta de identificación de los culpables o falta de pruebas.

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