Sólo uno de cada nueve préstamos es para la vivienda
07-12-11 00:00 A fines del 2003, uno de cada tres créditos tenía ese fin. En los últimos ocho años, la participación de los hipotecarios sobre el total pasó del 36% al 11%. Mientras tanto, el peso de las líneas personales se incrementó del 8% a más del 24%. En el caso de la financiación con tarjeta trepó del 8% al 16%
MARIANO GORODISCH Buenos Aires
En octubre del 2003, uno de cada tres créditos que se
otorgaban era para la compra de una vivienda. Hoy, en cambio, sólo una
de cada nueve personas que consiguen un préstamo tienen la fortuna de
lograr el bendito y codiciado hipotecario.
El panorama cambió por completo en estos últimos ocho años de la era K. El préstamo de largo plazo fue perdiendo participación, ya que los depósitos se iban haciendo cada vez a un menor lapso de tiempo. Y se necesitan cada vez más salarios para adquirir una vivienda.
Por lo tanto, el hipotecario requiere de un Estado que subsidie la tasa de interés. Incluso, muchos desarrollistas están planteando la posibilidad que haya incentivos fiscales por parte del Estado para que se produzca un mayor acceso a la vivienda, por ejemplo liberando el pago de ciertos impuestos, advierte Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, entidad encargada de realizar el estudio sobre el cambio en la estructura crediticia en la Argentina.
En relación a octubre de 2003, la participación de los hipotecarios sobre el total pasó de 36% al 11%. En cambio, los préstamos ligados al consumo dieron un gran salto. El peso de los créditos personales sobre el total trepó del 8% al 24,2% y el de la financiación con tarjeta se incrementó del 8% al 16%. Considerando conjuntamente ambas líneas, en octubre de 2003 participaban con el 16% del total del stock, mientras que en octubre de este año llegan a casi el 40%.
Este cambio de composición está relacionado con el dinamismo que ha tenido el consumo privado argentino en los últimos años. Que de cada $100 pesos prestados, $40 vayan prácticamente a financiar consumo es una dosis que dinamiza a la actividad económica a partir de la acción de consumir tanto bienes de consumo durable como no durable, precisa Argañaraz.
Teniendo en cuenta los préstamos en pesos al sector privado en relación al valor agregado total del país, como un indicador del grado de financiación de la actividad económica, se observa que dicho ratio se ha incrementado durante los últimos ocho años, pasando del 7% del producto en 2003 al 13% en la actualidad.
Pero, analizando por tipo de préstamo, la situación es diferente. Se observa que los créditos hipotecarios son los únicos que han caído en términos del PIB, pasando del 2,5% del PIB en 2003 al 1,4% en 2011. Es decir, su participación en el producto disminuyó 1,1 puntos porcentuales en los últimos ocho años.
Por su parte, los créditos destinados a financiar consumo han aumentado significativamente su participación en el producto bruto interno.
En cuanto a los préstamos personales, han pasado de tener un ratio del 0,6% en 2003 al 3,1% en 2011, significando un aumento de cinco veces. Asimismo, las líneas destinadas a financiar tarjetas de crédito que también representaban el 0,6% en 2003, triplicaron su participación, alcanzando el 2% del producto interno. En resumen, el ratio préstamos al consumo/PIB fue del 1,2% en 2003, mientras que en 2011 asciende a 5,1%. Con respecto a los préstamos comerciales, también han evidenciado un importante aumento en relación al PIB. Un cambio sin dudas relevante.
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El panorama cambió por completo en estos últimos ocho años de la era K. El préstamo de largo plazo fue perdiendo participación, ya que los depósitos se iban haciendo cada vez a un menor lapso de tiempo. Y se necesitan cada vez más salarios para adquirir una vivienda.
Por lo tanto, el hipotecario requiere de un Estado que subsidie la tasa de interés. Incluso, muchos desarrollistas están planteando la posibilidad que haya incentivos fiscales por parte del Estado para que se produzca un mayor acceso a la vivienda, por ejemplo liberando el pago de ciertos impuestos, advierte Nadin Argañaraz, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, entidad encargada de realizar el estudio sobre el cambio en la estructura crediticia en la Argentina.
En relación a octubre de 2003, la participación de los hipotecarios sobre el total pasó de 36% al 11%. En cambio, los préstamos ligados al consumo dieron un gran salto. El peso de los créditos personales sobre el total trepó del 8% al 24,2% y el de la financiación con tarjeta se incrementó del 8% al 16%. Considerando conjuntamente ambas líneas, en octubre de 2003 participaban con el 16% del total del stock, mientras que en octubre de este año llegan a casi el 40%.
Este cambio de composición está relacionado con el dinamismo que ha tenido el consumo privado argentino en los últimos años. Que de cada $100 pesos prestados, $40 vayan prácticamente a financiar consumo es una dosis que dinamiza a la actividad económica a partir de la acción de consumir tanto bienes de consumo durable como no durable, precisa Argañaraz.
Teniendo en cuenta los préstamos en pesos al sector privado en relación al valor agregado total del país, como un indicador del grado de financiación de la actividad económica, se observa que dicho ratio se ha incrementado durante los últimos ocho años, pasando del 7% del producto en 2003 al 13% en la actualidad.
Pero, analizando por tipo de préstamo, la situación es diferente. Se observa que los créditos hipotecarios son los únicos que han caído en términos del PIB, pasando del 2,5% del PIB en 2003 al 1,4% en 2011. Es decir, su participación en el producto disminuyó 1,1 puntos porcentuales en los últimos ocho años.
Por su parte, los créditos destinados a financiar consumo han aumentado significativamente su participación en el producto bruto interno.
En cuanto a los préstamos personales, han pasado de tener un ratio del 0,6% en 2003 al 3,1% en 2011, significando un aumento de cinco veces. Asimismo, las líneas destinadas a financiar tarjetas de crédito que también representaban el 0,6% en 2003, triplicaron su participación, alcanzando el 2% del producto interno. En resumen, el ratio préstamos al consumo/PIB fue del 1,2% en 2003, mientras que en 2011 asciende a 5,1%. Con respecto a los préstamos comerciales, también han evidenciado un importante aumento en relación al PIB. Un cambio sin dudas relevante.
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