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Los departamentos mínimos


Los departamentos mínimos

POR MIGUEL JURADO *

Desde el fin de la Primera Guerra los espacios de la viviendas se achican y el precio del metro cuadrado se agranda.

 EDITOR ADJUNTO ARQ - 25/01/12 - www.clarin.com
Los departamentos son cada vez más chicos y el metro cuadrado es cada vez más caro. Si seguimos así, en poco tiempo más, vamos a tener que vivir en una baldosa. Y pensar que no hace más de 80 años las casas eran grandes por costumbre. No importaba si eran económicas o suntuosas, los cuartos no tenían menos de cuatro metros por cuatro. Y no hablemos de la altura de los ambientes, de las puertas, de las ventanas. Todo era king size, como si la gente midiera tres metros de altura y necesitara espacio para bailar.
El proceso de achicamiento de los departamentos fue lento pero inexorable. Como pasa siempre, nació como una idea de buenas intenciones. Fue en Alemania, después de la Primera Guerra. Allí los primeros arquitectos modernos sentían el compromiso social de construir “viviendas para todos” y querían gastar poco para hacer la mayor cantidad de casas posible. Puestos a imaginar, los arquitectos alemanes eran infalibles. Así desarrollaron viviendas mínimas, bien iluminadas y ventiladas y las construyeron con una calidad que hoy sería envidiable. Claro que el pequeño espacio de entonces es enorme comparado con los deptos de ahora.
La moda alemana llegó a Buenos Aires y dejó su huella en los edificios racionalistas que se construyeron en las décadas del 30 al 50. Esas construcciones blancas, con ventanas horizontales y un ascetismo que emociona, también se hicieron aquí con la mejor calidad y, aunque las dimensiones de los ambientes se ajustaron un poco, no fue para tanto. Las habitaciones ya no eran de 4 por 4 como en las viejas casas chorizo, pero eran grandes y bien funcionales y los techos seguían siendo altos.
Como las buenas ideas también pueden servir para el mal, la vivienda mínima alemana dejó de ser un sistema barato para hacer más casas y se convirtió en otra estrategia especulativa: ganar más dinero para construir más, para ganar más dinero y así, sucesivamente.
Como la búsqueda del espacio mínimo dejó de ser una iniciativa altruista para convertirse en otro negocio, los códigos de edificación tuvieron que establecer las medidas mínimas de los ambientes para que ningún constructor nos condene a vivir en una cabina telefónica. Pero los desarrolladores, vivos, toman la ley al pie de la letra. Así es que el “mínimo legalmente admisible” se convirtió en el “máximo comúnmente construible”. El Código de Edificación de la Ciudad, por ejemplo, establece que el dormitorio no puede tener un lado menor a 2,8 metros. Pero, si es el segundo dormitorio, esa medida puede ser de 2,30 metros. Y como ese es el mínimo, no hay constructor que haga un segundo dormitorio más grande y apenas entran las camas. Además, la norma establece que la superficie de ese segundo dormitorio no debe ser menor a 8,60 metros cuadrados: rara vez son más grandes. Además, dentro de esa superficie está incluido el placard, lo que se plantea una duda metafísica entre tener lugar para guardar la ropa o el espacio mínimo, vital y móvil para habitar.
Para peor, en los departamentos nuevos ya nadie se preocupa por van el lavarropas, el ténder o las escobas. Ahora el hit del verano son los entrepisos, el espacio abierto y fluido y los grandes ventanales, recursos que hacen más tolerable estar en un departamento con pocos metros cuadrados. Y ojo que el “precio por metro cuadrado” es otro gran invento de la especulación inmobiliaria. Acá puede costar mil quinientos, 2 mil y hasta 4 mil dólares si el hablamos de Puerto Madero. Lo que pasa es que el metro cuadrado cambia según los barrios pero, en cada zona, iguala para arriba el precio de los departamentos ya sean buenos, malos, chicos o grandes. Basta con multiplicar la superficie de un departamento con el precio por metro cuadrado de la zona para calcular su precio de venta. Claro, lo mejor se vende antes y lo peor tarda, pero es más fácil que alguien cambie el club de sus amores a que baje el precio del metro cuadrado de su departamento.

Otras Notas:
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